Los internautas: La verdadera piratería de internet

 

Cuando tomamos el ordenador por primera vez todo es magia e ilusión: Cada dirección web que abre una nueva ventana llena de colores y conocimiento es digna de admiración. Valoramos el sentimiento y exprimimos al máximo todo lo que cada web y webmaster nos aporta con su trabajo, constancia y visión.

Pero, tras años descubriendo lugares, páginas y portales, tras una saturación de efectos antes considerados mágicos: ventanas transparentes, imágenes que se mueven, letras que bailan y degradados infinitos: ahora son obviados; Tras miles de páginas tan exquisitamente diseñadas: Perdemos toda ilusión y pasamos a consumir el contenido sin importarnos la motivación, un rápido vistazo es suficiente; Olvidamos que no todas las páginas tienen un equipo detrás: Algunas web son solo regentadas por personas que con una mirada llena de ilusión y fuerza, que, con constancia escriben y aportan algo a la espera que pueda resultar de utilidad.

La gran cantidad de páginas extremadamente profesionales ha minado nuestra capacidad de sorprendernos con lo llano, con lo que cualquiera puede hacer y en muchas ocasiones nos dejamos llevar por esta saturación olvidando que detrás de cada web que se actualiza a diario y apenas recibe visitas, detrás de cada blog donde se escribe sin parar y todos los días tiene cero comentarios: hay personas.

Personas que ponen toda su ilusión y escasos medios en llegar a los demás, en compartir lo que tienen dentro y en aportar algo a una abarrotada comunidad.

Me gustaría poner un ejemplo de constancia y superación: Es una señora mayor, de unos 73 años de edad; Tienen una web a la que cada día sube un artículo sobre la temática y con sus escasos conocimientos pública imágenes con una increíble fascinación. Ella no gana dinero ni la paran por la calle, pero, cada vez que habla de lo contenta que está al ver su web, al ver que hace algo y que aporta contenido, le brillan los ojos de felicidad.

Sus visitas son bajas, su público poco agradecido, pero ella se aferra al sentimiento y alegría de ver en público su trabajo; y, como una hormiguita, va almacenando artículos y publicaciones dejando huella de lo mejor que hay en sí misma. Trabajando por a tan alta edad, en un mundo donde a priori no encaja, aportar sus últimas gotas de saber.

Así pues, si alguna vez os llaman piratas que sea por vuestra frialdad al navegar, por la falta de sentimientos y escrúpulos al valorar el trabajo de los demás; Por el saqueo que hacéis cada vez que amarráis en una web y os lleváis los tesoros de su dueño en forma de imagen, video o información.

Os pido que, la próxima vez que visitéis un sitio sin recursos, valoréis el trabajo y penséis en la alegría que esa persona sentiría al conocer que con su granito de arena os ha ayudado. Así recuperareis un poquito la ilusión y navegar por internet dejará de ser la rutina diaria para volver a ser una experiencia única.

Buscad en vuestros recuerdos y rememorar aquellas primeras páginas que conocisteis en la red: Probablemente su diseño era pésimo y sus efectos fatales, pero, seguro que a vosotros os parecía un lugar fantástico por descubrir.